Retratos
Pastel seco y Oleos
«El encuentro con la mirada del otro, ha sido para mí el leitmotiv de mi deseo de representar el rostro humano».
Del lado de los otros está la mirada que me dirigen, que me reconoce a su vez como vidente, que me sostiene. Yo los veo a ellos, no obstante, en la dirección opuesta. Son los dos términos antinómicos en el campo escópico. Hay algo anterior al encuentro con el ojo del otro, es lo que Lacan llama “el brote del vidente”; soy mirado desde todas partes aun cuando sólo veo desde un punto, desde mis propios ojos. Soy siempre visto.
“Hay que entender en este sentido las palabras remachadas en el Evangelio _ Tiene ojos para no ver. ¿Para no ver qué? _ que las cosas nos miran, precisamente.” Jacques Lacan